¿Que es un guachinche?

No quiero dármelas aquí de enterado en la materia (porque no lo soy, ni tampoco lo pretendo), pero para mi un auténtico guachinche con todos mis respetos, no es una casa de comidas, una tasca, una taberna, ni nada que se le parezca; pues siempre he sabido que un guachinche es un lugar tradicional y familiar (sobre todo en Tenerife), donde para vender el buen vino de la cosecha propia o de la zona, se ofrecen un par de platos de comida casera como acompañamiento al vino de la tierra y a unos precios ridículos.

En un guachinche lo más importante es el vino y no la comida, así que no esperemos encontrar una carta de restaurante, tanto es así que la normativa reguladora, dice que sólo pueden abrir para vender el vino de su cosecha y tener dos o tres platos de comida y nada más;ni postres, ni refrescos (ya que están exentos del pago de impuestos); puesto que estos no son restaurantes (que si pagan impuestos todo el año).

Estos suelen estar abiertos desde que el vino de la cosecha está listo para venderse que suele ser Octubre/ Noviembre (a partir de San Andrés con la apertura de las bodegas) y hasta que se acaba que suele ser por Marzo/Abril.

Por regla general suelen estar en la zona norte, sobre todo por los municipios de La Matanza, La Victoria, Santa Úrsula y La Orotava, algunos en rincones inéditos a los que sólo se puede llegar con coche; se suele decir que cuanto más escondido... mejor es el local.

Según se cuenta en los mentideros, la palabra "guachinche" viene de una expresión, que usaban antiguamente los compradores ingleses que venían a la isla por el malvasía, para decir que se encontraban preparados para probar los productos de la tierra y ésta era: "I'm watching you!" ("Te observo"), que con el tiempo derivó en: "Un guachinche". Así que en la propia casa del viticultor, se montaba un pequeño puestito o tenderete para probar el vino nuevo antes de realizar definitivamente la compra. Por eso se cuenta que estos locales tienen su origen en los tenderetes que montaban algunos agricultores en ciertas fechas del año, para vender sus caldos directamente al consumidor local o foráneo, pasando así por encima de los "intermediarios".

Cada guachinche tiene su encanto e idiosincrasia personal, sus costumbres y tradiciones. En algunos suele ocurrir que acabante de sentarte y aún no has pedido de comer, ya te están poniendo un vasito de vino para probarlo con un fisco pan y un chorizo perrero para untar o una "cabrilla" (un poco de gofio para acompañar el vino).

En algunos casos el aspecto del local te frena al entrar, dando la sensación de ser un lugar de chochos y moscas, pues suele ser un salón que solo tiene un mostrador de mampostería (a veces una estantería con un mantel por encima) y cuatro mesas con sus sillas o las antiguas bobinas de cables de teléfono que hacen de mesa con sus taburetes. Pero te aseguro que estos son los más auténticos; porque como se suele decir: lo mejor no es la cáscara, sino el contenido.

Lo más destacable de un guachinche es que estan ubicados en la propia vivienda del cosechero, en salones o incluso garajes, en lugares autóctonos e incluso en medio del monte o bajo un parral.

Pero si quieres conocer un lugar verdaderamente auténtico y autóctono vete a un guachinche pero de los de verdad y seguro que te llevaras para siempre un buen recuerdo.