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Salida para Las Palmas a las 07:00 de la mañana, aún era de noche; y que poco nos duró la sonrisa de la foto porque nada más salir por la bocana del puerto, comienza un oleaje que pronto se convirtió en marejada y que nos acompañó en los 90 minutos que duraba la travesía, hasta el puerto Nelson Mandela ya en Las Palmas. Casi todos allí dentro del catamarán nos empezamos a sentir algo mareados de tal manera que, todos los que estábamos junto a las ventanillas nos trasladamos al centro de la embarcación, donde se supone que el barco se mueve menos, pero ni por esa, y no hubo remedio cada vez estábamos más indispuestos así que la cosa se desató, y acabamos por lanzar el pastel. El personal de la embarcación no daba avío, entre bolsas de mareo conteniendo piedras de hielo para aplicarlas en el cuello y las muñecas, y cubos con fregonas para limpiar los estropicios. La cosa se calmó cuando entramos al abrigo del espigón del puerto.
Después de un recorrido urbano en coche entre las obras de la zona del puerto, pasando junto al edificio de Mapfre ¡Adiós sobrina!, continuamos ruta hacia Teror, visita obligada cada vez que venimos a Gran Canaria y no es porque seamos muy beatos, mejor dicho ni mucho ni poco ¡no! ¡para nada! ¡así que quítate eso de la cabeza! Nada de darnos golpes de pecho ni nada por el estilo, lo que pasa es que vamos directos a cumplir con una tradición, es decir venimos en busca del bocadillo de chorizo y el donut, y sobre todo hoy para que nos arregle el mal cuerpo que traíamos. El Clipper de fresa no, porque tiene muchas burbujas y era muy temprano, apetece más algo caliente después de tan dura travesía. Una vez con el buche lleno y, después de: primero visitar a la virgen, segundo dar un paseo visitando el mercadillo que se pone los fines de semana por los alrededores de la iglesia y tercero y último, comprar algunas cosillas para los dos nietos (aunque aún falta uno por llegar, aunque ya se le echa en falta); cogimos rumbos hacia Arucas, donde nos esperaba gente VIP, muy especial para nosotros, que hasta incluso cambiaron su planes de domingo para atendernos. ¡Gracias mil! ¡Y a disfrutar del día sin pensar en el regreso... ¿O si? 😕 ¡AY DIOS MIO!
Y entre el edificio de Radio Arucas y el Ayuntamiento
aparece una escultura dedicada a la maternidad
Un papagüevo es un “gigante” que se pasea y baila en las fiestas delante o detrás de una banda de música, animando el festejo y asustando sin querer a algunos niños. Normalmente suelen representar a personajes populares, protagonistas de cuentos infantiles, personajes históricos o arquetipos de razas, como “el negro”, “el chino y la china”, etc. Se dice que la palabra papagüevo viene de cuba y fue traída por canarios retornados.
Estos gigantes están fabricados con una estructura que, antiguamente era de madera, aunque ahora suelen ser de aluminio u otros materiales, y que incluye cuerpo, brazos y cabeza. La persona que los lleva se mete por debajo, sostiene el gigante con un armazón sobre los hombros, y solo se le ven las piernas. Su cabeza suele ser de cartón piedra o fibra de vidrio.
Y después del baile, cada uno pa' su casa
Aquí va una muestra de los papagüevos que vimos este año en Arucas
por las vistosas jornadas de "Piedra y Flores, Bichos y Piratas".
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